Thursday, August 03, 2006

Mater Admirabilis

Oración a maría Santísima Madre Admirable ¡Oh María, Madre verdaderamente admirable: admirable por los privilegios y gracias de que Dios os colmó; admirable por vuestras virtudes y méritos; admirable en el cielo por la gloria de que estáis revestida; admirable en la tierra por las innumerables gracias que nos alcanzáis; admirable por la protección verdaderamente maternal con que amparáis a los que os están consagrados! dignaos manifestar a mi favor el poder que recibisteis del Corazón sagrado de vuestro divino Hijo. Oíd mi oración, admirable María. Me dirijo a Vos con mayor confianza, y prometo, a vuestros pies, que en reconocimiento de vuestros beneficios, emplearé el resto de mi vida en ganaros todos los corazones y en publicar por todas partes cuán admirable sois. Mostraos especialmente admirable en este momento de lucha en que el infierno parece agotar su rabia contra los hijos de Dios. Proteged a la Iglesia, velad por su primer pastor, avivad la caridad y el celo en el alma de sus ministros. Apiadaos de esa multitud innumerable de almas que corren a su perdición. Salvadlas, oh María, y volved al redil a esas ovejas descarriadas. Dadme también una mirada de bondad, y guiadme en los días de mi peregrinación, para que asistido por Vos en mi última hora, muera repitiendo vuestro admirable nombre. (del Manual de Piedad, PARA USO DE LAS ALMUMNAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS Y DE LAS PERSONAS DEVOTAS DE ESTE DIVINO CORAZÓN. Obra traducida del francés y aumentada por el Pbro. D. P. J. E. bajo la dirección del Excmo. e Ilmo. Sr. Dr. D. José Morgades y Gili Obispo que fue de Vich y Barcelona. Eugenio Subirana, S. A. Editorial Pontificia Puertaferrisa, 14 - Barcelona - 1949 )

Saturday, June 03, 2006

San Francisco de Paula

Nació en un pueblo llamado Paula, en Calabria, Italia. Sus padres eran gente humilde e industriosa, le pusieron por nombre Francisco en honor al Poverello de Asís, cuya intercesión habían solicitado especialmente.
Cuando tenía unos pocos años se enfermó gravemente de los ojos y se encomendó junto a sus padres al Santo de Asís y obtuvo la curación solicitada.
A los 13 años, Francisco entró en la escuela del convento franciscano de San Marcos donde aprendió a leer y empezó a practicar las austeras virtudes que había de distinguir su vida. Un año después acompaña sus padres en peregrinación a Asis y allá recibió la inspiración de convertirse en ermitaño, dedicado a rezar y a hacer penitencia.
Se retiró a la montaña, permaneciendo en ella durante cinco años, rezando, meditando y alimentándose sólo de hierbas silvestres y agua y durmiendo sobre el duro suelo. Pronto varios hombres siguieron su ejemplo. Francisco y vecinos del lugar construyeron varias celdas y una capilla en la que cantaban alabanzas y en las que un sacerdote de la iglesia más cercana les celebraba misa.
En ese y todos los conventos posteriores puso una consigna o ley que había que cumplir siempre, la cual decía así: "Cuaresma perpetua", lo que significaba que en la alimentación se debían hacer las mortificaciones propias de la cuaresma, específicamente absteniéndose de carne, huevos y alimentos lácteos.
Muchos hombres decidieron abandonar la vida pecaminosa del mundo e irse a la comunidad religiosa fundada por San Francisco de Paula. El año de 1436 se considera como el de la fundación de la congregación. Así como San Francisco de Asís llamó a sus religiosos con el nombre de "Hermanos Menores", Francisco de Paula llamó a los miembros de su comunidad "Hermanos Mínimos". Cuando el nuevo convento quedó construído el santo se consagró enteramente a establecer la disciplina regular de la comunidad, basandose en la austeridad, de la cual era digno ejemplo.
El santo consideraba el ayuno como camino real para la conquista de si mismo, deploraba la mitigación de la estricta regla cuaresmal que la iglesia se había visto obligada a conceder, esperaba que la abstinencia que practicaban sus religiosos servirían de ejemplo y de reaparición por la tibieza de tantos cristianos.
El Papa Pablo VI dijo en 1977 que San Francisco de Paula es un verdadero modelo para los que tienen que llamarles la atención a los gobernantes que abusan de su poder y que malgastan innecesariamente el dinero que debería emplearse en favor de los pobres.
Por muchos años nuestro Santo recorrió pueblos y ciudades llevvando los mensajes de Dios a las gentes. Y en aquellos tiempos, como ahora, había gobernadores, alcaldes, ministros y hasta jefes de estado que abusaban de su poder y gastaban los dineros públicos para enriquecerse o para hacer gastos inútiles y conseguir lujos, en vez de socorrer a los necesitados. A ellos les iba recordando San Francisco que a cada uno le dirá Cristo en el día del juicio aquellas palabras que dijo en el Evangelio: "Dame cuenta de tu administración".
El santo logró convertir a Luis XI antes de su muerte. Este quedó tan agradecido que nombró a Francisco de Paula como director espiritual de su hijo, el futuro Carlos VIII, rey de Francia.
Murió el santo el 2 de abril de 1507. El pueblo empezó inmediatamente a proclamarlo como santo y los milagros empezaron a sucederse. Doce años después de su muerte, fue proclamado santo por el Sumo Pontifice León X, en 1519.